Ve a una pareja enfrascada en una esquina del puente, allí donde no llega la luz de la luna. Abrazados, enamorados, enroscados como hiedras amorosas que plantan cara al tiempo, a los días, a todo aquello que se llevará el viento. Es más fuerte que Alessandro. Toca el claxón. Abre la ventanilla y grita:
- ¡ Ridículos ! La vida os parece bella ¿eh? ¡ Da igual, uno de los dos se rajará !
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