martes, 2 de agosto de 2011

¡Que vivan los idiotas que nos hacen reir!

Al final, con lo que nos quedamos son con los pequeños detalles que te regala la vida y las personas que viven en ella. Porque nos acordaremos de las lágrimas derramadas de alegría y de las personas culpables de ellas, porque al fin y al cabo son por las que vale la pena llorar.

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