domingo, 15 de mayo de 2011

Donde el corazón te lleve

La infancia y la vejez se parecen. En ambos casos, por motivos diferentes, somos más bien inermes, todavía no participamos-o ya no participamos- en la vida activa y eso nos permite vivir con una sensibilidad sin esquemas, abierta. Es durante la adolescencia cuando empieza a formarse alrededor de nuestro cuerpo una coraza invisible. Se forma durante la adolescencia y sigue aumentando a lo largo de toda edad adulta. El proceso de su crecimiento se parece un poco al de las perlas: cuanto más grande y profunda la herida, más fuerte es la coraza que se desarrolla alrededor. Pero despues, con el paso del tiempo, como un vestido que has llevado demasiado, en los sitios de mayor roce empieza a desgastarse, deja ver la trama, repentinamente por un movimiento brusco de desgarra. Al principio no te das cuenta de nada, estás convencida de que la coraza todavía te envuelve por completo, hasta que un día, de pronto, ante una cuestión estúpida y sin saber por qué vuelves a encontrarte llorando como un niño.

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